lunes, 14 de abril de 2014

Secretos . Parte 2. Layla y Xcor.



Viene de Parte 1.

XCOR
-Si te hubiesen raptado habría movido la tierra entera buscándote. Menos mal que estaban cerca mis guerreros-

*Beso la mano de Layla cuando Zypher me pide permiso para irse. Asiento *

-Vete y olvida lo que has visto aquí-

*Zypher desaparece por la puerta con paso rápido. Y yo me centro en mi mano posada sobre el vientre de Layla y me siento mal. Ojalá hubiese sido yo el afortunado de haberla podido servir en su necesidad. No estaba a su lado. Intento disimular mi malestar que no es hacia ella sino hacia mí mismo*


-¿Te duele mucho la cabeza, leelan?-

*Recoloco un mechón de su cabello. Ella hace un gesto de dolor y gruño de ira contra los restrictores*

-Podrías haber muerto.-*Se me corta la voz y carraspeo intentando no parecer débil y a la vez sorprendido con el cumulo de emociones que tengo encima*

-Zypher ha hecho un buen trabajo-




LAYLA
*Tras darle las gracias al guerrero que sale por la puerta como si lo persiguiera el mismísimo Omega, me vuelvo hacia Xcor y sonrío, pero dudo un poco al ver la expresión de su rostro.*

- No me duele ya casi nada. Tu sangre es fuerte.



*me muerdo el labio y acaricio sus dedos, enormes en comparación con los mios.*

- No te he dicho gracias, como debo, mi guerrero.

*Me vuelvo un poco y poso mis labios sobe los suyos, con suavidad, sin atreverme todavía a ahondar más.

Me separo para mirarle y poniéndome de lado en sus brazos, acaricio su mejilla con mi mano.*

-¿Qué es lo que estás pensando,Xcor?




XCOR
*Me quedo callado y asustado por haberla visto casi muerta y más aún porque el dolor en mi pecho era tan grande que apenas podía respirar. Entierro mi nariz entre sus cabellos tan suaves y sedosos y la beso*

-¿Que qué pienso?-

*La beso en la mejilla*

-Que te amo tanto que si hubieses muerto te hubiese seguido al Otro lado.- *Noto como Layla sonríe y se apoya más en mí. Disfruto del momento y luego suelto una regañina*

- Y en que debería prohibirte salir de la mansión o atarte a una silla. ¿Qué te gustaría más?




LAYLA
*Abro la boca para protestar ante lo de quedarme encerrada pero sonrío con malicia.

Al fin y al cabo había sido entrenada como erhos y sabía cuál era el punto débil de un macho: Una hembra dispuesta.

Lo miro a los ojos ,aclarándome un poco la garganta, para que entienda bien lo que voy a decirle, y poso mi mano en su pecho.*

- Ninguna de las dos cosas, guerrero.

En cambio yo creo saber lo que tú deseas, y lo que más te gustaría. Puedes tenerme, Xcor.

*Ya lo he dicho. Suelto todo el aire que estaba reteniendo en los pulmones y lo miro esperando su reacción.

Posiblemente me empuje y me devuelva al parque y jamás vuelva a verle, pero aunque sé que no debo, y que traiciono la confianza de toda la Hermandad, no puedo evitar quererle... De quererle desde la primera vez que le vi. *




XCOR
*Me quedo sorprendido por sus palabras, helado y por primera vez en mucho tiempo aterrado. Y ante esa clara invitación mi cuerpo de macho reacciona sin poder evitarlo y sufro una erección que roza con mis calzoncillos y pantalón. Trago saliva y me cuesta horrores pronunciar una palabra pero al final lo consigo*

-Layla, nada me gustaría más que tenerte de esa manera pero creo que estás confusa y dolorida y no lo has pensado bien. Yo no soy un macho de valía y tú eres demasiado perfecta, hermosa y etérea. Eres un sueño.




LAYLA
*Abro la boca incrédula, y bajo la vista hacia el suelo, desprendiéndome de sus brazos. Ruedo hasta el borde de la cama, y hago esfuerzos para que las lágrimas que se agolpan en mis ojos no se derramen y cuando logro ponerme en pie, busco mi bolso, dando un traspie.*

- Siento mucho haberle ofendido, sire. No quería que interpretara más mis palabras.

*Digo sin mirarle. No quiero admitir que su rechazo ha destrozado mi corazón y un dolor que no tiene nada que ver con el ataque, me atraviesa el pecho.

Todo era demasiado bonito y me agarro el cuerpo, rodeándolo con mis brazos, porque me siento como si me fuera a romper.

Todos los machos que alguna vez han estado en mi vida, me han rechazado y el único que quiso servirme, lo hizo por necesidad y no por amor.*

- Siento haber confundido sus sentimientos, sire. Ahora si me disculpa, tengo marcharme.

* Intento llegar a la puerta sin mirarle, y dos grandes lágrimas terminan por escapar de mis ojos, rodando mejillas abajo.*




XCOR
*Sabía por las conversaciones con mis bastardos que el trato con las hembras era complicado pero nunca me imaginé algo como esto. ¿Qué no quería estar con ella? ¿De qué demonios hablaba?. La paro agarrándola suave por el brazo antes de que consiga abrir la puerta y escaparse*

-Por el Duhnd, ¡claro que quiero estar contigo! Pero quiero algo más que esto un simple motel después de que te hayan casi matado unos restrictores. Elegida no me has entendido.

*La aprisiono con mi cuerpo contra la puerta, atrapo sus labios con los míos y junto mis caderas contra su centro haciendo que sienta la erección caliente y pulsante contra ella*

-Estoy necesitado de ti. Pero quiero una cita como te mereces. ¿Puedes entenderlo? ¿Me podrás dar esa cita que quiero para nosotros?

*Me rozo contra ella en un gesto bastante obsceno y aspiro su olor llenándome de él*

-No hagas que me vuelva más loco aún.




LAYLA
*la cercanía de su cuerpo contra el mío, el retumbar loco de su corazón y el calor que desprende todo el, derriban la barrera que se había alzado cuando he sentido su rechazo y hundiendo mis dedos en sus espesos rizos, soy yo la que le besa ahora, jadeando contra su aliento, mientras mi pecho sube y baja, agitado por mi respiración.*

- No quiero una cita. Te deseo a ti, mi guerrero y te quiero ahora.


* Quizás estaba mandándolo todo a paseo, pero ese macho se había colado en mi corazón aun cuando no debía hacerlo, y aunque sé que es una traición hacia mi rey y hacia mi raza, no puedo evitar quererle.*

- Todos los machos con los que he intentado algo alguna vez, me han rechazado y no quiero que tú estés en esa lista, Xcor.

* Lo miro, conteniendo la respiración y apoyo mis manos en sus anchos hombros, mientras sigo notando como el calor de su miembro palpita contra mi centro por encima de nuestras ropas.*




XCOR
*No quiero perder la cabeza con ella y hago acopio de toda la fuerza de voluntad que puedo y agarrándola la cargo a mis hombros como si de un saco de patatas se tratase. Layla suelta un grito y yo gruño porque tengo una erección enorme y porque mi mente lo único que me pide es que sea un macho de valía en estos momentos. Maldita conciencia. Layla patalea y le pego una palmada en sus perfectas y redondas nalgas*

-Layla, shhhh, calla-

*Bajo las escaleras, dejo una buena propina al recepcionista que me mira alucinando a mí y a mi carga y observo que la furgoneta sigue en su sitio aparcada. Meto a Layla en el asiento del copiloto y la abrocho el cinturón. Evito mirarla a la cara. Me meto en el asiento del conductor y arranco*

-Saca el móvil y manda un mensaje con la dirección de la calle Strade con Major y que vengan a buscarte.

*Conduzco hasta ese punto mientras Layla obedece entre lágrimas. Me muerdo el labio hasta hacerme sangre*


LAYLA
*Saco mi móvil y envío el mensaje mientras los ojos se me llenan de lágrimas.

Cuando llegamos al punto acordado, me quito el cinturón y busco deprisa la manecilla para abrir la puerta del coche y me bajo, casi sin esperar a que pare.

Xcor me llama por mi nombre y me niego a mirarle. Bastante vergüenza siento en estos momentos como para sentir mas.*

- Puedes irte, guerrero. Si me necesitas solo tienes que llamarme, ya sea con el móvil o por mi sangre.

* Aprieto las manos con fuerza, sintiéndome tonta, vulnerable y estúpida y cuando veo el mercedes de Fritz acercarse, me giro por fin para mirar a Xcor.*

- Márchese, sire, o le descubrirán, y eso me pondría a mí en un apuro.

* Aunque por dentro la rabia me puede, saco de nuevo mi coraza de "Todo va estupendamente" y cuando Fritz llega a mi lado, me meto en el coche, sin esperar a que el servicial doggen me abra la puerta, como tiene por costumbre.

Miro por la ventanilla y veo que la furgoneta ya no está y lanzo el bolso a la parte trasera con rabia.

Fritz me mira sin comprender y resto importancia con un gesto de mis manos.*

- He perdido mi coche. No recuerdo donde lo aparqué.-

*le digo como toda explicación. El pobre anciano frunce los labios y ponemos rumbo a la mansión, perdiéndonos en la noche.*

Continuará....

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