jueves, 30 de abril de 2015

Cacería de brujas. Fan Fic HDN. Tohrment y Lassiter.Capítulo 1.





Lassiter

Lassiter estaba apoyado en la pared del fondo del despacho de Tohrment oyendo como los hermanos discutían los últimos hallazgos en sus salidas nocturnas.

Qhuinn y John Mathew estaban relatando su informe, Rhage estaba metiéndose en la boca el enésimo caramelo y le lanzó uno que él cogió al vuelo, Butch estaba escuchando a Tohrment como si la vida se le fuera en ello... ni Blaylock ni Vishous estaban presentes, era su noche libre, Zsadist y Phury aun no habían vuelto, Payne estaba con Xhex haciendo cosas de hembras por la ciudad...así que la reunión estaba un tanto escasa de personal.

Normalmente él se quedaba ahí atrás , sin escuchar del todo...prefería perderse en sus propios pensamientos disfrutando de la letanía de sus voces. Cuando se le necesitaba, Tohrment pronunciaba su nombre en alto y él volvía de donde su mente se hubiera largado.

Últimamente era así.

Desde que Wrath le había invitado oficialmente a permanecer en la mansión, se le iba incluyendo poco a poco en la cotidianidad de la casa, siempre que no molestara mucho . Aun tenía a Vishous pegado a su culo intentando hacerle comer el polvo, la mesa, las servilletas...buscando cualquier excusa para aplastar su puño contra su cara, pero no era nada con lo ue no pudiera lidiar.

Pero era lógico; él no había dejado atrás su expléndido carácter y siendo sinceros, le encantaba hacer saltar a los vampiros. En el fondo admiraba al grupo que tenía delante, tan animales en sus instintos, pero tan controlados por su sentido del honor, del deber y de la lealtad. El haber ayudado a salvar a Wrath del atentado a su vida y haber devuelto a Autum de las puertas del reino de su creador había ganado puntos con ellos. Pero... aun existía ese pequeño tira y afloja. 

Volvió de repente de su trance habitual cuando su nombre fue dicho en voz alta por su apadrinado...o anteriormente apadrinado.

- ¡¡Lassiter!! ¡-

Las paredes casi retumbaron con la voz grave del vampiro dirigiendose hacia él.

¡ Joder!

Debía ser importante el tema para que Tohrment hiciera vibrar las  paredes. Intentó filtrar de sus oídos a su cerebro las últimas palabras pronunciadas por el grupo: hembra civil asesinada, sin gota de sangre, violada ,apestando a sexo, ... ni rastro de olor o restos de restrictor ni a otros vampiros

Abrió los ojos como platos ¿ A qué le recordaba todo eso?.




Tohrment
Un aire de desusada inquietud se estaba instalando en el despacho mientras las noticias fluían concisas por boca de Qhuinn.

El joven macho, acompañado por John Matthew, se había encontrado con algo extremadamente inusual esa noche y su informe denotaba la sorpresa y la repulsión que ambos, curtidos ya en la lucha y la muerte violenta, habían sentido al encontrar el cadáver.

Tohrment escuchaba en silencio, con sus manos cerradas en un puño y presionadas contra su boca, pero sus ojos saltaban de un macho a otro evaluando sus reacciones y buscando algún reconocimiento en ellos, un indicio de que lo que los muchachos estaban contando no era algo nuevo, que tenía algún precedente en sus siglos de experiencia acumulados luchando por la raza.

Su mirada se detuvo en Butch que, con el ceño fruncido, analizaba ya cada pequeño detalle componiendo el archivo del caso y buscando el punto de entrada al laberinto de ese misterioso asesinato. Rhage, con su aparente indolencia, masticaba ferozmente un caramelo tras otro, hundiendo sus colmillos en los crujientes dulces y mirando a los ojos de su jefe sin perder palabra, removiéndose incómodo ante la idea de una hembra torturada y asesinada; todo en él clamaba por lanzar a su bestia a las calles y darse un banquete con el hijo de puta capaz de tal vileza.

Pero fue el ángel, extrañamente silencioso durante estas sesiones informativas, el que llamó su atención.

Su postura aparentaba indolencia, engañosamente relajado, hasta que Qhuinn comenzó a describir las características del asesinato. Cuando las palabras "apestando a sexo" y "sin gota de sangre" salieron de boca del macho, Lassiter se tensó y su boca se cerró en un gesto duro mientras sus manos, con los pulgares aún metidos en los bolsillos, se cerraban en puños.

El gesto podría haber pasado desapercibido para alguien menos atento, pero Tohrment había pasado más de un año con el ángel pegado a su culo como Peter Pan a su sombra, y quisieran o no reconocerlo, ambos habían llegado a conocerse en profundidad.

No dijo nada, sus labios no se separaron ni un milímetro, por lo que el vampiro comprendió que tenían un grave problema entre manos, algo que les afectaría tarde o temprano, porque, si algo tenía claro, es que lo que afectase a Lassiter, lo que molestase a su amigo, también era asunto suyo.

Esperó unos segundos mientras las últimas palabras del informe flotaban en el ambiente, dándole tiempo a ofrecer sus propias explicaciones libremente, pero lo único que consiguió fue más silencio, más tensión y un hilo de sangre plateada corriendo entre los dedos cerrados del enigmático macho.

- ¡Lassiter!

El grito resonó como un trueno, potente y autoritario, entre las cuatro paredes del minúsculo despacho. Todas las cabezas se giraron con brusquedad buscando al ángel, pero la única respuesta de éste fue alzar la vista y mirar fijamente al que fuera su pupilo, con una tranquilidad que contrastaba en el cuarto como una princesa en un ring de boxeo.

- ¿Tienes algo que compartir con nosotros, ángel?

Una sonrisa socarrona cruzó el rostro del macho mientras sus dedos acariciaban lentamente el piercing de su ceja. La pierna que apoyaba en la pared bajó hasta el suelo y cruzó sus brazos con aparente indiferencia. La mirada que dirigió a los guerreros reunidos a su alrededor era desafiante y segura, para nada impresionado por la agresividad que emanaba de cada uno de ellos.

Nunca contaban con él, su opinión nunca era consultada y le ignoraban con un estudiado desdén que él devolvía multiplicado por diez. Pero esta vez no podrían continuar ignorándose mutuamente, ni jugando a incordiar con bromas estúpidas e inofensivas. Tohrment era, de todos ellos, el más consciente de la distancia que siempre había existido entre el ángel y los vampiros de la mansión. Lassiter se había ganado un puesto en la casa de la Primera Familia, y la amistad entre ellos dos era firme como una roca, pero el jefe de la Hermandad sabía que había llegado el momento de contar con un guerrero más en sus filas, uno que podía aportar mucho más de lo que dejaba ver al exterior.

- Lassiter, estamos perdidos aquí. Tengo que informar al rey dentro de media hora y no tengo jodida idea de qué contarle. Si sabes algo, por favor... joder! era una hembra joven, ángel, una humana inocente. Ningún olor a restrictor, ni a nadie de la raza ni a un humano. ¿Qué mierda está sucediendo en nuestra ciudad? No podemos proteger al rey, ni a nuestras familias ni a los civiles, si no sabemos a qué nos enfrentamos.


Lassiter
Lassiter frunció el ceño mientras se acercaba al grupo.

- Repite como encontrásteis a las hembras. La descripción de todo eso me suena demasiado.-

La orden fue emitida de forma demasiado seria para lo que estaban acostumbrados sus pseud colegas. Se mostró serio, sin nada de bromas ni  pullas absurdas. Porque en su mente se estaba empezando a formar una imagen que no quería volver a ver.

Qhuinn bufó fastidiado por tener que repetir hasta la última coma de lo que había dicho  anteriormente  A los demás también se les reflejaba la cara de fastidio por tener que escuchar todo aquello de nuevo. Lassiter simplemente les ignoró.

En un momento dado, sin estar convencido de lo que oía, se acercó a Qhuinn  y sin que él pudiera reaccionar, colocó la mano sobre su frente. Y vió exactamente lo que había visto el macho. Su descripción no le había sido suficiente. Necesitaba rebuscar en su cerebro cada sensación que había sentido: el olor, el tacto de la hembra...

Cuando se separó de la frente de Qhuinn, los demás le miraban estupefactos. Qhuinn tardó sólo un segundo en recuperarse y cuando se dio cuenta de lo que había pasado, le propinó un derechazo en toda la mandíbula.

-¡ No se te ocurra volver a meterte en mi cabeza jodido ángel del demonio!-  Le gritó escupiendo en el suelo y tocándose las sienes. Lassiter se frotó la mandíbula dolorida y dirigió su mirada a Tohrment al que le flameaban los ojos azules

- ¿ Qué? Necesitaba ver lo que él había visto y sentido. Su descripción era un puñetero asco. No se ganará la vida cómo cronista el chico...- Inspiró aire profundamente antes de hablar- Voy a ir al lugar donde han encontrado el cuerpo . Si es lo que sospecho, necesitare cuanta prueba pueda encontrar-
Iba a irse sin decir nada a nadie pero se dio cuenta de repente que todos los ojos estaban puestos sobre él.

Y le miraban como si tuviera dos cabezas de repente. Bueno, normalmente ya le miraban así siempre, pero ahora era como si esperaran algo de él. Jodida mierda. Sobretodo el que tenía los ojos azules detrás del despacho.

Y tenía razón. Al menos a él le debía alguna explicación. Bufó exasperado por tener una maldita conciencia y se sentó en el sillón de enfrente del escritorio como si tal cosa. Estaba seguro que Tohrment en ese momento estaba pensando en la bipolaridad de su mente y en mandarlo al psiquiátrico. Bien por él.

- No quiero sacar conclusiones precipitadas, pero sospecho quien puede estar detrás de todo esto. Lo he visto antes, pero fue hace mucho tiempo...muchísimo. Y si es lo que pienso, vuestras hembras serán su objetivo principal si por casualidad las prueba. Son mucho mas resistentes que las humanas. Creía que estaban extintos pero...no puedo adelantarme a los acontecimientos sin antes asegurarme y para ello debo ir allí a investigar. -


Continua en capitulo 2

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